La Bodega institucional La Grajera se encuentra a pocos kilómetros de la capital de La Rioja.
El proyecto busca un equilibrio entre su carácter representativo y su vocación de integrarse en el paisaje, evitando tanto el exhibicionismo como el mimetismo excesivo. Los volúmenes se adaptan a los accidentes del terreno y se quiebran ante la proximidad del bosque cercano, pegándose a su límite y respetando así el arbolado existente.
Un gran zócalo semienterrado de piedra arenisca que alberga la zona de producción de la bodega se pliega y asciende para dejar de ser un elemento del edificio y convertirse en un elemento del paisaje. Frente a esta construcción masiva, la parte institucional de la bodega se materializa en un cuerpo ligero y alargado de vidrio y cerámica oscura.
El tercer volumen, una pequeña torre quebrada que alberga los usos administrativos, completa y cierra por el oeste el conjunto, ayudando a crear la plaza peatonal de acceso.
La existencia de estos dos accesos a distintas alturas permite a la bodega propiamente dicha quedar semienterrada aprovechando la pendiente del terreno, lo que favorece aspectos del proceso productivo como pueden ser la temperatura constante del terreno, el uso de la gravedad o la ventilación natural.
Los materiales del edificio acompañan estos cambios, pasando del exterior luminoso a los interiores de piedra oscura, en un recorrido didáctico que participa de todas las etapas de elaboración del vino.
El edificio intenta buscar soluciones bioclimáticas sencillas, acordes al clima y al lugar en que se encuentra, que muchas veces tienen su origen en las construcciones tradicionales. Las zonas habitables se disponen al sur, protegiendo las zonas de producción y de fermentación que quedan enterradas y arropadas por la colina, reduciéndose de esta manera las necesidades de climatización.
En la cubierta inclinada de la zona de elaboración se dispone una cubierta vegetal que, además de reforzar la integración en el paisaje, aumenta el aislamiento térmico de la misma.
La orientación y la sección de la bodega permiten garantizar la ventilación natural del edificio y disminuir la necesidad de ventilaciones mecánicas para los procesos industriales.
Dentro de los sistemas constructivos utilizados es destacable el uso de una pieza cerámica de fachadas diseñada por el estudio Virai Arquitectos conjuntamente con la empresa española Favetón.
La necesidad de establecer celosías que aumentaran la protección solar en los grandes paramentos acristalados del pabellón institucional llevó a buscar un material que se comportara visualmente de manera homogénea en las zonas opacas de fachada y en las transparentes de celosía.
Concurso 1er Premio
Año
2000 – 2011
Cliente
Gobierno de La Rioja
Autores
Premios
Fotógrafos