Por tanto, la sala ofrecía todo lo necesario: un lugar estratégico, un cómodo acceso, y además un buen tamaño e iluminación natural con vistas al exterior.
Con un presupuesto muy ajustado se decidió mantener en la medida de lo posible lo existente: Un aseo anexo sirvió para adaptarlo e integrarlo a la nueva sala. Se mantuvo la carpintería exterior y se aprovechó parte de un mueble de almacenamiento existente.
La humanización de las salas de parto pasa necesariamente por «deshospitalizar el espacio«, por lo que el primer cambio fue sustituir la gran puerta quirúrgica corredera de acero por una puerta de madera lacada de dos hojas.
La creación de ambientes diferentes, recercados por el espacio central permitió generar diferentes ambientes domésticos, equipados con muebles y elementos adecuados e integrados en color y funciones (estar, descansar, movimiento, zona húmeda).
La privacidad queda siempre garantizada para preservar la intimidad de la usuaria, mediante elementos especialmente diseñados por Parra-Müller.
Para los diferentes ambientes elegimos colores cálidos que se complementan con lo existente. La gama va de rojo, naranja, mostaza, amarillo hasta tonos tostados que se integran con el mobiliario en blanco, acabados de madera y elementos para filtrar y regular la luz natural.
El espacio está adaptado y diseñado especialmente para las necesidades de una mujer de parto con mobiliario funcional. Un mueble tipo espaldera, con las alturas de las barras según la fisiología del parto y específicamente diseñado para este proyecto, junto con otros muebles y equipamiento específico apoyan todas las posibles posturas verticales y horizontales que favorecen el movimiento y facilitan el proceso dilatación. Además el equipamiento incluye diferente pequeño material como pelota, silla de parto y material pensado para la persona acompañante y el profesional.
Un pequeño espacio para una posible atención al neonato, con el soporte de gases medicinales completa la habitación. Una bonita acuarela, con un motivo brasileño de una «rueda de la vida», pintada por Juan Manuel Herranz alegra la pared de la bañera y genera el motivo decorativo que después se repite en la puerta del baño, y en la señalización de la sala.
El proyecto terminará con la instalación de una bañera de dilatación y parto, para la que ya se realizaron los trabajos de preinstalación.